Hay de dos tipos, los que nada mas pintan por pintar y no saben ni lo que hacen y los que le dan sentido a su expresión y logran hasta convertir en arte sus obras a veces efímeras callejeras, hijos de los chavos banda y genéticamente descendientes de los grandes muralistas mexicanos han logrado darle una nueva cara a puntos de las ciudades para bien y beneplácito de mucha gente, se visten un tanto cholo y un poco banda, están bien organizados y en algunos lugares hasta son reconocidos como artistas, tanto que en FARO (Fabrica de Arte de la Zona Oriente del DF) Hay una academia par ellos, escuchan música de Eminem.
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